Hablamos de hernia discal cuando se produce la salida del material del núcleo pulposo de los límites del anillo fibroso; y este puede irse hacia el canal medular (central), irritar a las raíces nerviosas (lateral) o irse hacia anterior que es menos frecuente (llamadas foraminales o extraforaminales).
Los segmentos más frecuentemente afectados son L4-L5 y L5-S1.
¿Cómo se originan?
La degeneración progresiva de los discos con la edad, degradación química, fisura en el cartílago, trabajos con posturas mantenidas, movimientos repetitivos durante muchos años, hábitos poco saludables, tabaquismo etc. Algunos síntomas pueden ser:
- Dolor en la región lumbar que normalmente se irradia hacia una o ambas piernas pudiendo llegar a la zona de tobillo y planta del pie.
- Rigidez y dolor sobre todo matutino, con una respuesta pobre a medicación.
- Entumecimiento u hormigueo en la región de seguimiento del nervio.
- Debilidad: en unas o ambas piernas, que imposibilita el caminar y/o causa claudicación al empezar o llevar poco tiempo caminando.
Cómo tratar una hernia de disco lumbar
Partimos de la utilización de la tecnología que tenemos en el centro, junto a fisioterapia convencional y en estos casos es de crucial importancia asociarlo a readaptación funcional como tándem inseparable, para devolver el equilibrio a las diferentes cadenas musculares y columna.
- MBST: resonancia magnetica terapeutica para regenerar mediante bioestimulación las estructuras discales desde dentro gracias a una generación de campo magnético selectivo que transfiere energía a las células con un objetivo antiinflamatorio y antiálgico, para acelerar la regeneración y aumentar el colágeno y los condrocitos.
- SIS: sistema super inductivo que aplicaremos en zonas adyacentes a la lesión utilizando los programas necesarios de neuromodulación en el nervio raquídeo afectado así como relajando la musculatura.
- Láser y diatermia para regeneración fibrilar y estimulación profunda de las zonas dañadas.
- Neuromodulación percutánea ecoguiada de las raíces nerviosas lumbosacras afectadas.
- Ondas de choque para disminuir la inflamación crónica muscular.
- Electrólisis percutánea intratisular (EPI) para relajar la musculatura y ligamentos afectados que suelen responder aumentando el tono al detectar compromiso de la hernia.
- Tracciones discales controladas por programas específicos, con una camilla llamada flexión-distracción, que es específica para descomprimir el disco, hacer un efecto de reabsorción y, de esta forma, liberar la raíz nerviosa.
- Además mediante terapia manual y técnicas osteopáticas para reequilibrar y corregir posibles desequilibrios.
- Readaptación funcional tras una valoración biomecánica del sujeto para aumentar la capacidad del organismo, reeducar la columna, recuperar fuerza, mejorar la movilidad, así como la activación muscular y con ello disminuir también la sintomatología de manera eficaz y prevenir la aparición de recaídas.
- Vibra 3.0 para trabajar los erectores espinales a través de vibraciones que modulan el sistema neuromusculoesquelético.