Se pueden irritar, inflamar o romper de forma parcial o completa.
Cómo se originan las lesiones meniscales
La rodilla puede verse afectada de múltiples formas, muchas veces se asocia a gestos deportivos o accidentes en la práctica deportiva que conllevan un giro brusco o una hiperextensión de la rodilla, pero también puede darse por una caída o tropezón en un movimiento brusco, un esguince,, mala pisada o llevar calzado inadecuado de forma crónica.
Cómo lo tratamos las lesiones meniscales
Dependerá de la afectación, la mayoría de ellas se pueden tratar sin cirugía excepto las fracturas meniscales en asa de cubo; en el resto, un buen programa de fisioterapia y readaptación es suficiente para superar la lesión:
- Masoterapia con cyriax en el ligamento, relajación de la musculatura que se espasma de forma reaccional para dar la estabilidad que se pierde con el esguince.
- Manipulación de las articulaciones que se hayan podido desplazar tras la lesión.
- Masoterapia y movilixaciones pasivas dentro de los rangos seguros, y trataremos sobre todo el cuádriceps, adductores isquiotibiales y el poplíteo.
- EPI (Electrolisis Percutánea Intratisular)de forma ecoguiada, así localizamos la zona afectada y a través de una aguja aplicamos corriente galvánica y nos aprovecharemos de su efecto estimulador de regeneración provocando una respuesta inflamatoria para reparar la zona dañada, además de conseguir un efecto analgésico y vascular de la zona.
- Ondas de choque extracorpóreas para fomentar la disminución de la inflamación.
- Diatermia con efecto drenante en primeras fases y efecto de estimulador del metabolismo en las siguientes para que regenere.
- Láser de alta potencia para bioestimular la reparación así como disminuir la inflamación asociada y el dolor.
- SIS en programas de esguince que a través de campo magnético envía una energía selectiva a las células de la matriz para que se recupere el tejido de forma eficaz además de tener un gran efecto analgésico.
- Neuromodulación percutánea ecoguiada de los nervios que van a la rodilla para disminuir su irritación sensitiva y mejorar las aferencias (nervio femorocrural y raíces geniculadas).
- Readaptación funcional con ejercicios de fuerza, propiocepción y aumento de tolerancia de la carga para evitar que el esguince se haga crónico.