¿Cómo se originan?
Su origen suele ser multifactorial: una sobrecarga de la articulación sacroiliaca, exceso de carga o trabajo en glúteos, trabajos repetitivos, mala pisada, problemas en el parto, microtraumatismos durante prácticas deportivas, disfunciones del suelo pélvico.
Siempre debe realizarse un diagnóstico separando del respecto de patologías que puedan presentar sintomatología similares, y puedan estar relacionados con el nervio ciático, como una hernia. El paciente siempre nos orientará hacia la dolencia. La contracción del músculo activará el dolor, que se aliviará cuando deje de producirse dicha contracción. La presión tactil también será dolorosa.
¿Cómo lo tratamos?
El tratamiento será global e irá precedido de una valoración inicial y atendiendo a las necesidades de cada paciente, donde la finalidad siempre es la resolución del problema lo antes posible.
- Tratamiento de terapia manual en el piramidal y en la musculatura pelvitrocantérea así como del suelo pélvico; y osteopatía en la articulación sacrocoxígea y lumbar,.
- Punción seca en piramidal.
- Electrólisis percutánea intratisular (EPI) para relajar la musculatura pririforme,
- Láser de alta potencia para bajar dolor, inflamación además de bioestimular para una recuperación precoz.
- Ondas de choque para desbloquear la bomba de calcio, y por lo tanto, invertir la crisis metabólica en los miofilamentos y liberar punto gatillo del piramidal.
- Neuromodulación percutánea ecoguiada en las raíces coxígeas.
- Para bajar el dolor contamos con el SIS y la diatermia que tiene programar para relajar la musculatura, y tienen además una alta eficacia en la disminución del dolor.
- Emsella para tratar disfunciones del suelo pélvico y devolverle el tono muscular y la función que muchas veces se ve afectada.